Valora el Talento Humano por la Esencia no por la Apariencia

Publicado el 8 de enero, 2018

En las últimas décadas producto de todas las tecnologías y cambios producidos por esta era del conocimiento y la información, las condiciones del entorno empresarial han demandado de las organizaciones mayor competitividad y rentabilidad. Bajo este escenario, donde las empresas deben sacar la milla a sus competidores, no tan solo con productos y servicios innovadores, sino también a través de decisiones de negocios altamente rentables, se hace imprescindible que las organizaciones desarrollen cada vez más sus capacidades para mas allá de sobrevivir, liderar el mercado en que operan.

Habiéndose dicho lo anterior, es importante enfatizar que el talento humano es uno de los principales pilares que soportan este elemento diferencial al que nos referimos. Hoy día los líderes de las organizaciones deben ser unos verdaderos cazatalentos. La Gestión del Talento Humano requiere ser trasladada como una de las principales responsabilidades de los directivos, dirigentes o líderes de las empresas, por lo cual cobra fundamental importancia la capacidad de estos para valorar el talento de las personas, es decir saber buscar, perseguir y contratar personas cuyas capacidades intelectuales y relacionales aporten valor a la gestión del negocio para el cual se dedicarían. Muchos directivos cuyo esquema de pensamiento sigue arraigado a prejuicios trasnochados que tal vez funcionaron en el pasado, siguen valorando el talento en función de las apariencias y no de las capacidades esenciales del ser humano, del profesional que tiene enfrente. Si usted es uno de esos, sepa que el talento humano se valora por la esencia, por las capacidades que son capaces de ponerse a prueba en las personas, no por las apariencias.

La generación que en estos momentos está interactuando y asumiendo importantes roles directivos en las organizaciones, es una cuya forma de actuación muestra un contraste con el estilo ortodoxo y convencional que operaba en el pasado, pero no por ello deja de ser inteligente, productiva y capaz. Así como los libros no se pueden valorar por su carátula, el talento humano tampoco se debe juzgar por las apariencias. Muchos genios del pensamiento creativo, innovador, revolucionario se visten, expresan y comportan de una forma tan espontanea, sencilla, natural y hasta extravagante, que posiblemente puede conllevar a una subvaloración de sus capacidades, si las mismas son juzgadas por aquellos criterios aparentes que se tomaban en consideración en el pasado.

Por todo ello, es importante que el profesional o directivo que debe reclutar, contratar o decidir acciones de personal relacionadas con promociones, transferencias o despidos valore el talento por lo que es, no por lo que aparenta ser. Para ello debe considerar varios puntos importantes, entre muchos otros, tales como:

  1. Recuerde que los criterios que primaban en el éxito del pasado, posiblemente ya no sean los mismos. Desaférrese de ello y de espacio a nuevos criterios y comportamientos.
  2. Al momento de valorar un talento, búsquelo analizando sus intenciones, motivaciones y aspiraciones. Muchos fracasos del pasado son fuentes de grandes aprendizajes para el éxito del futuro. No porque hayan fracasado en el pasado, significa que lo harán en el futuro. Mas bien enfóquese en entender cuales fueron los motivos y los aprendizajes derivados de esa experiencia.
  3. Tome consciencia de los comportamientos diferenciadores que quiere identificar en las personas y las estrategias que desarrollará para identificarlos.
  4. No compare un talento contra otros. En el contexto actual, diferentes talentos pueden alcanzar el éxito operando cada uno a su manera. Cree el espacio para que su creatividad y línea de pensamiento opere y actúe con autonomía para que pueda lograr los mejores resultados.

Por experiencia propia como profesional del área de Gestión Humana con más de tres décadas de ejercicio profesional, puedo testimoniar que aquellos directivos que priorizan y dedican tiempo a la gestión del talento de sus equipos de trabajos logran mejores resultados que aquellos que no lo hacen. Es importante entender que los altos directivos de las organizaciones deben asumir como parte de su responsabilidad cotidiana la gestión del talento, la valoración de la contribución y el reconocimiento de los talentos y aportes que estos hacen, y ganar liderazgo, credibilidad y respeto por la influencia que son capaces de generar en sus equipos de trabajos.

Jose Manuel Lama G.
Consultor Gestión Humana,
Coach y Facilitador

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